sábado, 6 de abril de 2013

Futuro

2 meses antes de irme a mi misión se me están planteando dudas que nunca antes pensé que me iban a preocupar. Yo siempre fui un chico organizado y planificador. Siempre me gustaba estar adelante de todo en la carrera para estar prevenido y de ante mano siempre sabía qué iba a suceder, entonces estaba preparado.  Me ponía metas todo el tiempo, y como si fuese algo sistemático y estadístico, cumplía y seguía adelante. No fue hasta hace unos meses atrás que todo eso se me vino abajo. Con el cambio de edad para salir a una misión, toda mi vida planeada se hizo trisas. Toda mi metodología de vida cambió. Me iba a ir por 2 años a un país que nunca pisé en mi vida, lejos de mi familia y completamente solo. Justo en medio de mi juventud cuando había hecho todos mis planes de empezar la universidad, de trabajar e independizarme de mis padres como un joven adulto. No les puedo negar que sentí que me tenía que ir, y que realmente era mi deseo de hacerlo, aunque fue todo muy apresurado y rápido, cosa que a mi no me gusta. Ya que como aclaré antes, me gusta organizarme y con tiempo preparar todo. Mi vida cambió, y desde ése entonces estoy actuando con miedo. Cada paso que doy, cada palabra que digo, cada acción que hago, todo lo hago con miedo. Miedo a qué? se preguntarán. Miedo a mi futuro. La vida te puede cambiar en un instante, y les puedo testificar que las decisiones determinan destino. Si actuamos con miedo es porque en el fondo nos sentimos inseguros y esa inseguridad es la archi-enemiga de la fe. Fue en esta última conferencia que me dieron un palaso verdadero y me retaron diciendome que no tengo que vivir con miedo al futuro. Ya que si vivimos así, vamos a llegar a nuestra vejez y vamos a seguir aferrándonos a un futuro que ya con cierta edad no se sabe si hay. Vivamos el presente. Cuando seamos más ancianos y adultos vamos a tener el conocimiento y experiencias que no se nos van a ir. Todo porque vivimos en algún momento de nuestra juventud y cuando se nos permitió, el presente. No sabemos qué nos puede amparar la vida. Pero esto sí sabemos, y se los digo, que el futuro lo construimos nosotros mismos. No todo es un mapa, no todo es un calendario, pero sí ayuda organizarse a vivir mejor. Suena bastante chamuyero, eh? en unos años hablaremos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario